"Vacía tu mente, libérate de las formas. Como el agua. Pon agua en una botella y será la botella. Ponla en una tetera y será la tetera. El agua puede fluir o puede golpear. Se agua, amigo.”
Elemento más abundante sobre la faz terrestre. Nutre y fertiliza las cosechas, apaga la sed, y sostiene el equilibrio energético y químico de la vida. Se alía con las fuerzas de la naturaleza y, con el tiempo, reduce a polvo la más orgullosa de las cordilleras. Compone y participa de tormentas y terroríficos tifones engendrando el poderoso relámpago. Da forma a maremotos y tsunamis que arrasan sin piedad todo a su paso. Crea titanes de hielo que nacen, crecen y mueren, para retornar a ser agua dulce y fresca.
Se mezcla con todo y nada le afecta. Se contamina y vuelve a ser destilada y pura una e infinitas veces. Con paciencia y sin límites, moldea toda la geografía. Surca valles y cañones. Increíble arquitecto que crea fantásticas grutas y cuevas. Se eleva haciéndose más ligera que el aire y forma colosos de vapor que se precipitan sobre los campos y bosques alentando sin demora la vida. Cuando se estanca, se corrompe; cuando fluye, crea, nutre y destruye para de nuevo volver a crear. Y siempre, su aliento principal es retornar al gran Océano.
Esta observación sobre el agua se convierte en una alegoría que se resume en: “Lo suave vence a lo rígido”; el gran acertijo. Transparencia y pureza. Mezclarse sin ser afectado. Persistencia y suavidad. Fluir para ser vida. Simpleza que derrumba montañas. Apariencias sin perder la esencia. Tanto da si el agua está serena o agitada, sigue su naturaleza y siempre Es.
No en el esfuerzo reside mi posibilidad, sino en la suavidad. No en la rigidez reside la eficiencia de mi acción, sino en la fluidez persistente. No en la fuerza está el poder, sino en capacidad de adaptación con todo mi ser. No en el aislamiento está la pureza, sino en la mezcla inafectada. No en el pensamiento está la creatividad, sino en permitir el despliegue vivo de todo lo que soy. “Be water my friend, be water”.