Aprender a observar los pensamientos y verlos como cosas que aparecen y desaparecen es un buen ejercicio, no cabe duda. Se da el hecho que reprimirlos hace que tomen más fuerza. Si tienen que desaparecer tiene que ser de una forma pacífica. Si puedes hacer esto de una forma sencilla es que ya tienes un buen aprendizaje y ejercitación del desarrollo de las capacidades mentales. De aquellas capacidades mentales que te llevan a un estado de paz y gozo.
Pero este ejercicio en sí es insuficiente. Es imprescindible que conozca la naturaleza de mis pensamientos. Debo de saber por qué unos pensamientos ocupan mi mente constantemente, ¿Qué me están diciendo estos pensamientos? ¿De qué me hablan? Los pensamientos que me incomodan y me arrastran fuera del Presente siempre hablan de miedos y deseos. Si tengo el valor de escuchar y comprender qué reclama mi corazón podré empezar a tomar soluciones. Para que estos pensamientos dejen de atormentar he de realizar en parte los deseos que tengo y afrontar los miedos que me atenazan. Sin convertir en acción esos miedos y deseos, será casi imposible librarme de ellos. Es cierto que la comprensión puede ayudar mucho, pero ¿Cuántos años quiero pasarme para librarme de ello?
La comprensión de mis miedos y deseos no es suficiente, debe de acompañarme en el proceso la realización de los mismos. La cosa puede ser compleja. No quiere decir que literalmente todos los realice al pie de la letra, pero sí en parte y en cantidad suficiente. La energía y la comprensión se deben de movilizar juntas hasta que el corazón quede satisfecho. Luego la desaparición del pensamiento tormentoso será espontanea. A medida que esto avance, la mente será más vacua, y mucho más fácil instalarse en la potencia del Presente de una forma sencilla.
Sin el Presente vivo no hay Paz. Mire como lo mire. Haya realizado los logros que haya realizado. Tenga la fama y gloria que tenga. Sin el Presente vivo no hay Paz ni gozo de calidad, en esto todos los hombres y mujeres pasamos por el mismo rasero.
Pero este ejercicio en sí es insuficiente. Es imprescindible que conozca la naturaleza de mis pensamientos. Debo de saber por qué unos pensamientos ocupan mi mente constantemente, ¿Qué me están diciendo estos pensamientos? ¿De qué me hablan? Los pensamientos que me incomodan y me arrastran fuera del Presente siempre hablan de miedos y deseos. Si tengo el valor de escuchar y comprender qué reclama mi corazón podré empezar a tomar soluciones. Para que estos pensamientos dejen de atormentar he de realizar en parte los deseos que tengo y afrontar los miedos que me atenazan. Sin convertir en acción esos miedos y deseos, será casi imposible librarme de ellos. Es cierto que la comprensión puede ayudar mucho, pero ¿Cuántos años quiero pasarme para librarme de ello?
La comprensión de mis miedos y deseos no es suficiente, debe de acompañarme en el proceso la realización de los mismos. La cosa puede ser compleja. No quiere decir que literalmente todos los realice al pie de la letra, pero sí en parte y en cantidad suficiente. La energía y la comprensión se deben de movilizar juntas hasta que el corazón quede satisfecho. Luego la desaparición del pensamiento tormentoso será espontanea. A medida que esto avance, la mente será más vacua, y mucho más fácil instalarse en la potencia del Presente de una forma sencilla.
Sin el Presente vivo no hay Paz. Mire como lo mire. Haya realizado los logros que haya realizado. Tenga la fama y gloria que tenga. Sin el Presente vivo no hay Paz ni gozo de calidad, en esto todos los hombres y mujeres pasamos por el mismo rasero.