domingo, 26 de julio de 2009

¿Qué me están diciendo los pensamientos?


Aprender a observar los pensamientos y verlos como cosas que aparecen y desaparecen es un buen ejercicio, no cabe duda. Se da el hecho que reprimirlos hace que tomen más fuerza. Si tienen que desaparecer tiene que ser de una forma pacífica. Si puedes hacer esto de una forma sencilla es que ya tienes un buen aprendizaje y ejercitación del desarrollo de las capacidades mentales. De aquellas capacidades mentales que te llevan a un estado de paz y gozo.

Pero este ejercicio en sí es insuficiente. Es imprescindible que conozca la naturaleza de mis pensamientos. Debo de saber por qué unos pensamientos ocupan mi mente constantemente, ¿Qué me están diciendo estos pensamientos? ¿De qué me hablan? Los pensamientos que me incomodan y me arrastran fuera del Presente siempre hablan de miedos y deseos. Si tengo el valor de escuchar y comprender qué reclama mi corazón podré empezar a tomar soluciones. Para que estos pensamientos dejen de atormentar he de realizar en parte los deseos que tengo y afrontar los miedos que me atenazan. Sin convertir en acción esos miedos y deseos, será casi imposible librarme de ellos. Es cierto que la comprensión puede ayudar mucho, pero ¿Cuántos años quiero pasarme para librarme de ello?

La comprensión de mis miedos y deseos no es suficiente, debe de acompañarme en el proceso la realización de los mismos. La cosa puede ser compleja. No quiere decir que literalmente todos los realice al pie de la letra, pero sí en parte y en cantidad suficiente. La energía y la comprensión se deben de movilizar juntas hasta que el corazón quede satisfecho. Luego la desaparición del pensamiento tormentoso será espontanea. A medida que esto avance, la mente será más vacua, y mucho más fácil instalarse en la potencia del Presente de una forma sencilla.

Sin el Presente vivo no hay Paz. Mire como lo mire. Haya realizado los logros que haya realizado. Tenga la fama y gloria que tenga. Sin el Presente vivo no hay Paz ni gozo de calidad, en esto todos los hombres y mujeres pasamos por el mismo rasero.

miércoles, 15 de julio de 2009

Quiero ser libre

Justamente lo que más temes es lo que te hará libre. Abandona a tus pensamientos y la felicidad será contigo con toda garantía. Dejar de pensar la vida te aboca por sí solo a empezar a sentir y experimentarla instante tras instante, no de vez en cuando. La vida te reclama por eso no te sientes completo. Acaba con la distracción del pensamiento que te impide ser tú mismo.

Cuando no tienes sosiego es porque algo temes. El miedo lo crea el pensamiento y genera más miedo en un círculo vicioso que impide ver la realidad. Intenta comprender que quiere decir sentirte a ti mismo. Sentirte ante todo lo demás distinguiendo con claridad todo lo que te es añadido pero que no eres.

Absolutamente nada que pienses eres tú, con toda garantía. Tu sólo te puedes vivir gozosamente momento tras momento, nunca pensándote. El placer que sientes al pensar determinadas cosas es tremendamente fugaz. El gozo de sentirte a ti de forma directa sin mediación de ningún pensamiento, no tiene límites. Crecerá y crecerá hasta demostrarte palpablemente quien eres realmente.

sábado, 11 de julio de 2009

¿A dónde estás en este momento?


¿Quién está viviendo tu vida ahora mismo, tu o tus pensamientos? Aparecen tus pensamientos y si no has aprendido a sentirte aparte de los mismos, entonces te pierdes en ellos. Los pensamientos pretenden recrear la realidad, pero tan solo son los ecos sin vida del pasado. Un esbozo de lo que pasó hace un minuto o hace diez años, tanto da, pero no son la realidad, son sólo interpretaciones simplificadas y muy inexactas.

Si no has aprendido experimentalmente a distinguirte a ti de tus pensamientos te identificarás con ellos y te harán sentir emociones, tanto positivas como negativas. Habrá un descontrol en tu emocionalidad y estarás a merced de la misma. Está bien cuando se trata de pensamientos que te evocan bienestar pero, ¿qué ocurre cuando te provocan intranquilidad y sufrimiento? Si te has perdido en ellos sin sentirte a ti mismo en todo momento, estás perdido en la danza de la ilusión de placer y sufrimiento.

Estás preocupado por quien eres; estás preocupado de si eres menos de lo que esperabas de ti o esperaban los demás; estás preocupado porque sientes que algo te falta y no atinas descubrir de que se trata. Tus pensamientos muy a menudo están dando vueltas juzgándote a ti y a los demás. Crees que si los demás son más que tú sufrirás, pero si descubres que son menos te sentirás aliviado. ¿Te parece eso una solución auténtica?


viernes, 10 de julio de 2009

Que tus pies toquen el suelo

En este preciso momento, ¿Dónde están tus raíces?, deja que tus pies toquen el suelo. ¿Dónde está puesto el sentir de tu corazón?, deja que te invadan. ¿Dónde se encuentran tus pensamientos?, amplia el espacio hasta que se pierdan.

¡Libera el aire!, deja que te llene como una dulce fragancia afrutada y que te vacíe en una gustosa entrega. Que el olor de la tierra húmeda te recuerde quien eres. Ve al mirar, Siente al tocar, Vibra al golpear. Que la hondura de tus raíces no deje que pares de sonreír.

¡No vivas! ¡Se la vida!

miércoles, 8 de julio de 2009

El baile de las emociones


Cuando te sientes muy bien, una serie de emociones gratificantes te inundan. Cuando te sientes mal, pierdes la tranquilidad y un malestar te invade. ¿Cuál fue el detonante de esas emociones? Si estás atento te darás cuenta de que las emociones negativas o positivas empezaron después de unos pensamientos. Unos pensamientos las activaron. Habitualmente las rutinas de pensamiento llevan asociadas mecanismos emocionales. Es fundamental observarlo y hacerse consciente de cómo sucede eso en ti.

Crees que si no piensas no estarás vivo y te perderás. ¡Menudo disparate!. Gracias a la providencia que hace que frecuentemente dejes de pensar de forma natural, como cuando duermes, puedes recuperarte de la tortura que te infringen tus propios pensamientos. Nunca estarás más vivo que cuando diriges tu atención consciente al sentimiento de sentirte a ti mismo. Y eso sólo tomará fuerza cuando comprendas muy bien qué es pensar, porque luego abandonarás ese vicio.

El pensar puede ser útil para planificar y moverte en el mundo de las personas, pero no dejes que el pensamiento te diga quién eres. Necesitas sentir lo que eres y sólo si acallas el ruido podrás comprenderlo de primera mano.

domingo, 5 de julio de 2009

El sobresfuerzo de evitar ser uno mismo

A menudo nos aquejamos de estar faltos de energía, de estar chafados. Puede haber múltiples explicaciones y los médicos saben unas cuantas, pero vamos a analizar una de las más frecuentes y menos conocidas.

¿Cuánta energía gasto al expresar a aquello que no siento? ¿Cuánto esfuerzo desperdicio para evitar que alguien se enfade cuando mi sentimiento es el contrario? ¿Cuántas fuerzas reprimo cuando tengo que ir midiendo la expresión de mi afectividad y de mis pensamientos? Siempre dosificando y controlando la expresión de mí. ¿Cuánto me consume eso? ¿Tengo miedo a perder el control? ¿Temo que piensen mal de mí? ¿Siento miedo ante la posibilidad de no ser aceptado y de ser rechazado? ¿Cuánto me consume el tener vergüenza?

No puedo cambiar mi forma de ser de un día para otro, eso es evidente. Pero si puedo empezar a comprender que está pasando. Tengo que hacerme consciente de lo que realmente me está fatigando. Aunque no lo pueda solucionar de momento, sí puedo empezar a ver donde pierdo mis energías. Todos los deseos que alguien pueda imaginar y que hacen ga
star grandes cantidades de esfuerzo quedarían saciados si se comprendiera su naturaleza fundamental.

Una cosa son los gustos personales y necesidades naturales, y otra cosa son los deseos que se presentan como una fuerza que induce a la acción y que provoca insatisfacción el no poder saciarlos. Los deseos aparecen porqué no te sientes totalmente tu mismo. Los deseos quedan satisfechos cuando aprendes a ser tu mismo en toda tu posibilidad, ya que detrás de cada uno de ellos subyace el deseo primordial de ser uno mismo con todas sus consecuencias. ¡Descúbrelo!

Ser natural y Ser uno mismo son sinónimos. La naturaleza no se esfuerza por ser lo que es. Ser uno mismo es Confianza en su máxima expresión.


La película de mi vida

Cuando vemos una película de cine somos espectadores de las vidas de unos personajes que nos cuentan una historia. Nos es fácil estar al tanto del desarrollo de las mismas y comprender el entramado de sus relaciones. Si la película está bien hecha y el director nos presenta adecuadamente los sentimientos de cada personaje, podemos llegar a comprender el por qué de los comportamientos de los mismos.

Podemos llorar o reír, expresar sentimientos al compartir la vida de los personajes, pero evidentemente sabemos que eso realmente no nos afecta. Incluso podemos aceptar comportamientos que son contrarios a nuestra manera de ser debido a que comprendemos porqué hacen lo que hacen. Somos capaces de perdonarlos aunque no estemos de acuerdo con ello.

Cuando la historia es nuestra vida todo es muy distinto. Perdemos esa capacidad de sujeto observador de los hechos y nos identificamos con nuestros pensamientos y emociones perdiendo la perspectiva. Perdemos esa posición más inteligente que tuvimos al ver la película y las emociones se mezclan arbitrariamente con los pensamientos perdiendo la comprensión real de nuestra historia. Nuestra toma de decisiones se ve enturbiada por la confusión y la situación se complica.

Es imprescindible desarrollar la habilidad de poder observar con claridad los hechos de nuestra relación con los demás. Comprender como se construyen nuestros sentimientos y pensamientos, y poder ver con claridad el guión de nuestra vida. Hay que desarrollar el saber ser el sujeto observador de nuestras experiencias y ver con perspectiva que corresponden a un guión muchísimo más amplio y basto de lo que hasta el momento creía.

Sentirnos completos

El único sentido de la vida que nos puede convencer definitivamente es vivir la experiencia de sentirnos completos. Cuando sientes que nada te falta y nada te sobra ¿qué te puede incomodar?

Sentirnos completos no quiere decir que tengamos que conseguir muchas cosas para alcanzarlo, sino experimentar aquellas que son realmente fundamentales y están marcadas en nuestra naturaleza. Venimos a este mundo y tenemos que crecer, eso es indudable, pero nos solemos perder en objetivos y obsesiones que nos desvían de lo que realmente necesitamos.

Sentirnos completos no quiere decir que ya no nos interesan las cosas, todo lo contrario. Nos da libertad para disfrutarlas en todos sus aspectos y con una riqueza distinta. Cuando estoy muy preocupado por lo que yo soy o no soy, no puedo dar todo lo que yo soy en cada circunstancia. Esa actitud, en muchas ocasiones, deja las experiencias incompletas y eso me crea insatisfacción.

Sentirnos completos quiere decir haber aprendido a ser lo que soy sin reservas, y sin temor a serlo.