jueves, 14 de enero de 2010

Una identidad que es una creencia es falsa

El pilar del error es la creencia de que yo soy mis ideas, una mente y un cuerpo concreto al que le suceden cosas buenas y malas. Las buenas son las que yo creo e interpreto que quieren decir que soy afectuoso, fuerte, capaz, inteligente, importante, que estoy atesorando algo. Y las malas las que interpreto que dicen que soy antipático, torpe, estúpido, poca cosa, que estoy perdiendo algo. Esas ideas que para nosotros son tan importantes, las damos por sabidas, por buenas, si lo pensamos un poco nos daremos cuenta lo poquísimo que nos hemos planteado en profundidad el valor de esas creencias.

Al vernos sumergidos nosotros mismos como una idea más en nuestra mente hemos vivido en la confusión y en la desatención, nos hemos vivido en el “yo como creencia". Si realizamos una investigación seria y sincera sobre estas creencias las podremos reconocer en la base de todo el sistema de pensamiento personal, tambaleándose de esta forma por primera vez toda esta estructura más vistosa y superficial de prejuicios, de justificación de modos de hacer, de excusas, de modelos, donde se apoyan los deseos y los miedos, causa de toda la problemática humana.

A la luz de esto hay que investigar sobre aquello que hemos creído ser, distinguir entre “cuál es mi modo de hacer” y “qué soy yo”, para poder abordar la diferencia esencial entre cuales son mis comportamientos como individuo social, y que soy como expresión existencial. Para eso hay que empezar dudando de lo que siempre he creído ser, porque para mí, la creencia deja de tener tanto valor frente a la comprensión de “que soy” en primera instancia, y la vivencia atenta de “lo que soy” como última instancia.

Empezamos de nuevo a reeducar este sistema llamado en su conjunto mente, comprendiendo que la creencia es uno más de sus mecanismos, pero que no dice nada de mí, y Yo quiero saber lo que soy realmente. Tras la comprensión profunda de “que es la creencia”, dejaré de creer y desapareceré, me esfumaré, pero desapareceré “yo como idea” para dar paso a la vivencia de “yo como sustancia esencial de la existencia, reflejo de la Realidad”. ¿Qué clase de identidad era esa que creía tener que en cualquier momento puedo hacerla desaparecer?


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto. Muy bueno!!

Erick Bojorque Pazmiño dijo...

Samael Aun Weor, dijo que el ser humano tiene tanto libre albedrío como "un violín en su estuche".
Descubrir nuestra verdad es trabajo arduo.
Son muchos elementos invisibles los que nos manejan.
Invisibles hasta el punto de de hacernos creer que somos ellos.
Un interesante y esclarecedor artículo el que expone.
Atentamente
Erick Bojorque

Anónimo dijo...

Hola me han gustado mucho los articulos, sin embargo me surgieron algunas dudas, me gustaria que me pudieras ayudar a entender algunas cosas ..si puedes agregame.
faby.buga.sp@hotmail.com

Joy B. dijo...

Acabo de llegar a tu espacio, y me gusta mucho, me siento como en Casa!

Observo, con cierta pena, que hace 2 meses que no escribes, que no entras nada, y yo, desde aquí te animo a que sigas compartiendo tanta sabiduría desde el Ser...

Si te apetece pasar a visitarme,
http://espirituavalon.blogspot.com/

Te enlazo para poder seguirte, si te animas a escribir...

Un abrazo,