martes, 23 de marzo de 2010

Cómo contarle al ciego y al sordo


¿Cómo se puede contar al ciego que el azul del Cielo en una mañana serena y soleada es tan intenso y hermoso que te deja sin palabras?

¿Cómo decirle al ciego que ignora su desdicha, que realmente lo que ve no es el Cielo, que el cielo siempre es azul y que a él no le perjudica ni los rayos ni los truenos?

¿Cómo hacerle entender al ciego que el Cielo siempre está ahí, y que si pierde su ubicación es porque no lo sabe ver en realidad, ya que Él siempre cubre nuestras cabezas?

¿Cómo explicarle al ciego que los hombres son fáciles de engañar, pero que los dioses nunca podrán ser burlados y sus leyes siempre deberán de ser cumplidas?

¿Cómo decirle al ciego, que lo fue desde casi sus primeros recuerdos, que mientras no reconozca su ceguera nunca podrá plantearse si es posible superarla, y en cuyo caso los remedios pasarán a un palmo de su nariz sin olerlos?

¿Cómo se puede contar al sordo que la dulzura y belleza de la Sinfonía es tan viva que te cautiva el corazón y te dan ganas de llorar de gozo?

¿Cómo decirle al sordo que diga lo que diga nadie, nada se le puede quitar y nada se le puede poner, y que si cree lo contrario es porque no escucha?

¿Cómo hacerle entender al sordo que tiene que aprender a poder oírlo todo, ya que el todo encierra la respuesta que tanto anhela, y que atender a sólo lo que espera escuchar es incompleto y mantiene su sordera?

¿Cómo explicarle al sordo que, duela lo que le duela, necesita saber que está sordo si algún día quiere dejar de oír ruidos crispantes y aprender a oír la gran Sinfonía?

¿Cómo decirle al sordo que su sordera es una mera confusión, y que si guarda silencio profundo Real de sí mismo, redescubrirá su capacidad de oír que le pertenece por derecho propio?

¿Cómo hacerles saber al ciego y al sordo que sólo si son nobles y honestos en estado puro, recuperarán la vista y el oído que tanto anhelan y que no saben que han perdido?

¿Cómo buscar si se desconoce la naturaleza real de quien busca y de lo que se busca?

¿Cómo pretender haber encontrado, si nada se tiene y nada se perdió?

¿Cómo decirle al vidente que en cualquier momento se puede quedar ciego?

¿Cómo decirles a todos que abandonen toda preocupación ya que ellos no tienen realidad consistente?

Ellos son el mismo Cielo Azul.

9 comentarios:

Luis Granados dijo...

La belleza de abrazar las verdades profundas es que no tienes que cambiar tu vida; sólo cambias tu manera de vivir tu vida. No se trata de lo que haces, sino de cuánto de ti lo está haciendo. Veamos un ejemplo muy simple. Has caminado al aire libre miles de veces, pero ¿cuántas veces lo has apreciado completamente? Imagina a una persona que está en cama en un hospital y le acaban de decir que le queda una semana de vida. Mira al médico y le pregunta: "¿Puedo caminar al aire libre? ¿Puedo mirar al cielo una vez más?" Si estuviera lloviendo, esa persona querría sentir la lluvia en su piel. Para ella, eso sería lo más precioso. Pero tú no quieres sentir la lluvia. Corres y te pones a cubierto.

Michael A. Singer

Excelente post que me ha recordado este párrafo del libro de Michael A. Singer, Alma en Libertad.

Un abrazo.

Erick Bojorque Pazmiño dijo...

Saludos cordiales.

Me alegra mucho el tener nuevamente un artículo vuestro entre manos.

¿Cómo contarle a un ciego y a un sordo?

Imprescindible es no contarle...

Necesario es que golpee con su destino y se atreva a sí mismo el mirar.

Necesario es que sea tanto el ruido del silencio que se permita a sí mismo el escuchar.

Las maravillas son maravillas dependiendo de cómo se mire y cómo se escuche.

Atentamente
Erick Bojorque

Joy B. dijo...

Brillante la entrada!

Fuera apegos a los estados de la mente!

Cuán sordos y ciegos vivimos la dualidad...

Un abrazo

Joy B. dijo...

Por cierto, quería darte las gracias por haber vuelto a escribir... (justamente te lo pedía ayer mismo!...)

Otro abrazo!

aquiyahora.com dijo...

Un abrazo a todos los que os interesáis por la verdad de uno mismo; por ser tan valientes.

Confuso dijo...

¿Y como decirle a todos ellos que aunque uno "dice", también es ciego, es sordo y lo más seguro es que a menudo tenga sus propias preocupaciones?
¿Y como decirle al ciego y al sordo que viviendo su ceguera y su sordera al máximo probablemente puedan empezar a ver y a escuchar, porque no eran tan ciegos ni tan sordos, simplemente estaban algo distraídos?

Joy B. dijo...

Confuso, con el permiso de AquiyAhora... me permito comentarte por aquí, ya que he visto que no tienes blog (aunque un día entré y recuerdo que era de color negro... y también te vi por el blog de Guillem...)

Tienes razón en lo que dices!

Si vivimos al máximo de conciencia lo que sucede, lo que ocurre, nos daremos cuenta de la ilusión mental a la que estábamos sometidos, a la hipnosis... distraídos, como bien dices...

Creo que estás menos confundido de lo que pareces hacer creer con tu nombre....

Si quieres decirme algo, serás bienvenido a http://espirituavalon.blogspot.com/

Un abrazo a los dos!

Anónimo dijo...

Hola. ¿Para cuando una nueva entrada en este blog que tanto aporta?
No teneis ni idea de lo que me ha ayudado encontrar este lugar.
Gracias

Ignorante dijo...

Gracias por éste blog AquíyAhora.